Sitio Lufso

Noche que pasa

Ahora bien, que estoy solo.
Que ya tus ojos se han ido y descansan.
Es profundo el misterio y su río
donde uno quiere ahondar y nada.
Ahora viene el primer desvarío.
Le seguirá una estrella, tu recuerdo y el alba.
El sueño insomnia conmigo
y me deja en su limbo pasear por las ramas.
Así, entonces yo digo:
Era tu perfume el infierno y tus ojos el cielo
y en el medio tu boca, purgatorio de entrada.
Era tu voz y su ingenio, era tu labio y sus armas
y en tu felicidad como un niño, mi patria.

Ya sé que a veces no digo todo lo que siento.
Y es que prefiero vivirlo antes que se me vaya.
Si en un silencio te miro y mis ojos van llenos
es que al momento lo escriben nuestras miradas.
Después vendrán la sombra y el silencio
y repasaremos en versos las escenas pasadas.

En el día se viven los vuelos.
En las noches se escriben sus alas.
Los poemas se dicen en silencio
como quien dice amor sin una palabra.
Nadie besa con los ojos abiertos.
Nadie espía detrás de las sábanas.
¿Por qué hablar entonces los versos
si el papel es mejor para el alma?

Basta de circos y museos.
Basta de las fotos y su parafernalia.
Como si en un entierro avivaran al muerto
para que la familia no se sienta olvidada.
Así los zoológicos simulan paisajes
pintados en las paredes con sus rejas falsas.

Ya es muy tarde y recuerdo
que queda un poco de vos en mi cama.
Esto que escribo seguro no lo pienso.
Quien lo piense al amor, no ama.
Ya me acuesto de azul en tu sueño.
Te daré este poema celeste mañana.
Y no diré una pizca y temblarán mis huesos.
Y será como ahora otra noche que pasa.