Sitio Lufso

Desganado – #17

No tengo ganas de hacer absolutamente nada. Estoy totalmente exento de aburrimiento y de diversión, de creatividad y de cremación, de juicio y de locura, de deseo y de rechazo. Si me vienen a ofrecer un juego o un sanguche de carbón, me va a dar igual el intento de aburrimiento y el hambre calcinada. Estoy tan aburrido que el cuerpo se me cae de desgana, y ni la forma absurda que tiene fuera de mi centro, me incentiva a querer buscar el pulmón o el corazón que se me va rodando. He pedido antes, que trajeran cinta de embalar y que me pegaran la cabeza a un palo, a ver si por lo menos mis ojos están más altos que la desgana. Ni el hambre puede ponerme entre dos panes y hacerme freír con aderezo. Ni siquiera el sueño es capaz de hacerme mover la espalda sobre la almohada, ni tampoco es capaz de hacerme cerrar los párpados. No tengo ganas de nada. Si una mujer hermosa quisiera venir a socorrerme, pobre de su cita con este cajón de verduras que ni su cuerpo es capaz de mover, y que ni con el deseo pueden moler mi desánimo. Lo feo de estar desenroscado, tirado, regado, espolvoreado, con el alma yéndose por el desagüe y la mente en la boca de un perro, es que si un ángel, por lástima viniera a ofrecerme un poco de energías, no tendría ni ganas para decirle que mi culo no es mi cara, ni para poder morderle en su rechazo un ala con un grito de socorro.