Se le gastó el oído a las sombras
de tanto escucharme deambular.
Las sillas no sustentan mis lamentos
y los rincones se doblan de marchitar.
Caminas por el mundo
que es también mío y no a la vez.
Pues en el tuyo todo es como es
pero en el mío la soledad es friso
de una historia nublada y vaga de fe.
He lanzado mis mantos sobre mares
a tus pies que pisan y no ven.
He destronado a las hiedras felinas
para que no consuman de tu nido,
y tanto he caminado por tu camino
que en hierbas y rocas me he convertido.
He cegado al mundo para hacerte indicio
de incesantes búsquedas y mapas perdidos.
Me cruzo en tu vida, me ves y te olvidas.
Y no puedo y no hay forma de liberarme,
es que mi amor sólo te guarda en soledades.
Estoy atrapado en las redes de tu aire
es parte de mí tu soledad vacilante.
Ahora de mi mundo creo que ya sabes:
soy piedra enclaustrada en tu mirada fragante.
Seguiré en la margen con grilletes pasados
y otro se saciará por tu camino distante.