Sitio Lufso

Romance de lluvia tras la ventana

I
La soledad tan reñida
dictará al fin su derrota
y las hojas del olvido
parecidas a la alondra
crepitarán —fiel ausencia—
esqueletos que despojan
cal, cemento y sangre rota.
Hoy:
murciélago de sueños
tan ciego como el mañana
tan ciego como el invierno
tan ciego como las parcas
correrás entre el silencio
de los reinos que enmascaran
los acueductos de nervios
y las ruinas más humanas.


II
Las manos anidan cielos
lo que los ríos, montañas.
Al costado, sed e indicios,
remanso, cintura, baila.
Bajo el cuello, cauce etéreo
el estero de las palmas
al pulso sembrado hidrata
y el aliento (tibio niño)
juega al pecho infancia arada.
Calla la boca el beso
que le dio al fin las palabras.
Calla la boca el beso
que pronunció toda su alma.
Calla la boca el beso
que desplegó su par de alas.
Calla la boca el silencio
y en silencio besa y habla.


III
Duérmete pájaro inverso
que a tus plumas y a tus alas
el viento como un anzuelo
te atrapará entre sus ramas.
Hoja que el diluvio besa.
Hoja que las gotas claman.
Al verde azul desconsuelo
se inclina a los suelos, harta
buscando firme consuelo
en aquello que le dé alas.
Nadie quiere vida en juego
que lance dados sin nada.
Verás entre los misterios
la luz, tierra, el cielo y basta